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"A matar o morir por nuestras familias": autodefensas


Se acabó la paciencia. Juan ya no puede esperar a que le asesinen a su familia y, por ello, se dice llegar hasta las últimas consecuencias, así le cueste la vida propia.

"Surgimos los autodefensas por nuestras familias; a matar o morir por nuestras familias", afirmó el hombre de oficio carpintero, luego de que Tepalcatepec se levantara nuevamente en armas, ante el asedio del Cartel Jalisco Nueva Generación. 

Apostado en una de las barricadas luego de que pobladores, nuevamente hicieran público el levantamiento de autodefensas, el padre de familia señaló que es mejor hacer muebles que disparar un arma. 


Sin embargo, enfatizó, "prefiero ver viva a mi familia disparando a los criminales, antes que hacerles yo mismo un ataúd de finas maderas a mis seres queridos", expresó. 

Techado por un clima de 40 grados, Juan toma su arma, la mueve de un lado a otro y se dice listo para que, junto con sus compañeros, blinden un acceso a ese municipio. No dice más, porque espera que se haga público el resurgimiento de las autodefensas; movimiento civil armado, al cual a partir de este jueves, ya se unió por voluntad. 


La encargada de hacer el anuncio fue Ana Valencia Chávez, exesposa del otrora vocero de las autodefensas, José Manuel Mireles Valverde. Recordó que en febrero de hace 6 años, Tepalcatepec fue el primer pueblo, junto con La Ruana, donde surgieron las primeras autodefensas del país. 

Dijo que Tepalcatepec sigue vestido de blanco como ese 14 de febrero del 2014, en alusión a las playeras que portaban los pobladores, para confirmar el resurgimiento. En su conjunto, los pobladores llamaron a las autoridades estatales y federales para combatir juntos al Cartel Jalisco Nueva Generación. 

"El pueblo de Tepalcatepec se pone la camiseta blanca en apoyo al gobierno estatal y federal en contra del cartel terrorista CJNG", cita su mensaje escrito en una manta. Los múltiples ataques a familias enteras de diferentes comunidades; el ingreso por avioneta de armas y sicarios del CJNG y, la detención de ocho pobladores, encendieron la alerta en ese municipio ubicado a 254 kilómetros de la capital michoacana. 

Al término del acto público llamado por los estruendos de cohetones y las campanadas de la iglesia, los habitantes se reorganizaron y empezaron a blindar los accesos. Desempolvaron sus armas, sacaron sus vehículos y vestidos de blanco, advirtieron que si el gobierno rechaza su ayuda, de todos modos se harán cargo de su propia seguridad.

Así, inició pues, el resurgimiento del movimiento civil armado, del cual hasta el momento no se ha pronunciado o fijado postura alguna autoridad.