En la tierra disputada por el CJNG y la Familia Michoacana un comando ingresó y remató a un paciente en un hospital
En México, el crimen no se detiene a la puerta de los hospitales. Rematar a heridos ante médicos y enfermeros se ha vuelto una práctica común. La madrugada de este jueves ocurrió en el hospital Clínica Universidad de Morelia, en Michoacán (4,584 millones de habitantes).
El relato es simple. Ese día, al menos dos vehículos pararon frente al nosocomio. Un grupo de sicarios descendió. La mitad redujo a los guardia de seguridad y el resto se dirigió al segundo piso, donde se encontraba la habitación de su víctima. En la cama, lo remataron a balazos. El atentado fue perpetrado en menos de cinco minutos.
El hospital se localiza en la transitada avenida Villa Universidad, donde los agresores huyeron con rumbo desconocido tras cometer el crimen. La identidad del fallecido aún no ha sido revelada.
La Fiscalía General del Estado (FGE) de Michoacán inició las averiguaciones correspondientes. Los presuntos homicidas son buscados por la policía investigadora, que continúa realizando las investigaciones hasta el momento.
Hace un año, le tocó el turno a Jesús Cansino, alias “El Apa”, líder de la Familia Michoacana, quien se encontraba en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Acueducto, Morelia, tras haber resultado herido en un tiroteo.
En esta ocasión no hubo amabilidad ni mentiras: el grupo armado ingresó a la clínica y sometió al personal de seguridad. Llegaron hasta el cuarto donde estaba el segundo al mando del grupo criminal y le dispararon en la cabeza, lo que le provocó una muerte instantánea. Se dijo que detrás del asesinato se encontraba el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Los casos se cuentan por decenas y a veces terminan en matanza. Así fue hace en un hospital privado de Culiacán, bastión del Cártel de Sinaloa. Los sicarios irrumpieron y no se detuvieron a preguntar. Acabaron con cinco personas a balazos. Cuatro eran extraños al ajuste de cuentas. Simplemente estaban en el pasillo cuando los asesinos fueron a buscar a su víctima, malherido en una habitación.
La debilidad los convierte en un blanco fácil de sus enemigos. Los ataques letales contra los pacientes de los hospitales se han convertido en una constante que no es ni investigada ni castigada por las autoridades.
En ninguno de los casos se habría procesado penalmente a personas por su rol en estos ataques, de los cuales la mayoría se trató de una pugna entre grupos criminales.
Además, en las agresiones en hospitales no sólo se atenta contra los objetivos, también el personal ha sido víctima. Por estos casos, el gobierno debe exigir que haya investigaciones y medidas de justicia.