La fatal unión de los Zetas y la mafia italiana: así infestaron de cocaína a Europa
El 17 de septiembre de 2008 emergió la punta del iceberg. Antes de esa fecha todo el mundo desconocía la existencia de una compleja red de negocios que atravesaba el mar Atlántico y vinculaba al cártel que en ese entonces era considerado el más violento de México con la organización criminal más rica de Europa.
Por primera vez se hacía público el nexo económico que existía entre los Zetas y la mafia calabresa, la 'Ndrangheta, responsables de que cantidades enormes de cocaína fueran distribuidas en Europa.
La operación, llamada Proyecto Reckoning, fue encabezada por Estados Unidos e Italia y concluyó en la detención de 175 personas ligadas al Cártel de los Zetas, así como la incautación de 16.000 kilos de cocaína, 470 kg de metanfetamina (cristal), 8 kg de marihuana, 176 vehículos y 16 armas.
Piero Grasso, entonces procurador de Roma, declaró lo siguiente: “La novedad en ese operativo internacional es el papel que ha asumido México como punto de partida del narco, sustituyendo a Colombia y convirtiéndose en el mayor distribuidor de drogas en el mundo”.
El fiscal italiano, Nicola Grattieri, explicó que las conexiones entre ambos grupos probablemente se hizo posible gracias a la ambición que tenían los Zetas por expandir su mercado y al interés de los italianos en conseguir nuevos proveedores y rutas de trasiego de droga.
El destino final era el puerto de Gioia Tauro, en Calabria, famoso no solo por el alto nivel de corrupción de su personal, sino también por su colocación estratégica en pleno corazón del Mediterráneo.
Aproximadamente cada semana se estimaba que llegaban unas 10 embarcaciones y cerca de 24.000 contenedores. Las ganancias de la 'Ndrangheta se materializaban cuando la cocaína salía del puerto. El kilo que a ellos les costaba unos 1.000 euros en América, en Europa lo vendían a 30.000 euros. Algunos incluso la cortaban para aumentar la producción.
Cienfuegos y la caída de los Zetas
Los Zetas llegaron a ser considerados como el grupo criminal más violento en México. Sin embargo, del 2014 al 2019 al menos 33 de sus principales líderes habían sido detenidos o abatidos por las autoridades en distintos operativos.
De acuerdo con información de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), luego de la detención en 2015 de Óscar Omar Treviño Morales, el Z-42, esta organización criminal comenzó a disminuir su poderío hasta tener control únicamente en el estado de Tamaulipas.
Durante el gobierno del ex presidente priista Enrique Peña Nieto, el cártel de Los Beltrán Leyva permaneció prácticamente intocable, pues sólo “padeció” cuatro arrestos. En aquel tiempo, según las últimas averiguaciones de EEUU, el ex general Salvador Cienfuegos Zepeda trabajó para la organización a través del H-2.
Las operaciones del gobierno federal se focalizaron en la detención de miembros de Los Zetas, tanto los que operaban en el poniente del país como en la costa del Pacífico, así como integrantes del Cártel del Golfo, de Juárez, Jalisco Nueva Generación y los caballeros templarios.
De acuerdo con información de la Fiscalía General de la República (FGR), la extinta Policía Federal (PF) y la Secretaría de Marina (Semar), entre el 1 de diciembre de 2012 y el 30 de noviembre de 2018 fueron detenidos o asesinados en enfrentamientos 109 de los 122 objetivos contemplados por el gabinete de Seguridad Nacional.
Anteriormente Los Zetas operaron en al menos 22 de las 32 entidades mexicanas, llegando a tener más presencia en el país que el Cártel de Sinaloa, liderado por Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Durante su época de mayor prosperidad, los Zetas expandieron sus actividades ilegales más allá del tráfico de drogas, pues también cometieron extorsiones, robos, asesinatos, secuestros masivos, tráfico de personas y robo de combustible.
El máximo jefe del Ejército mexicano durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, y a quien la Justicia de EEUU se refiere con el sobrenombre de el Padrino, fue acusado e investigado desde 2019, pero los detalles no se hicieron públicos hasta el pasado 16 de octubre. Las autoridades judiciales aseguran que tienen miles de comunicaciones entre Cienfuegos y altos mandos del cártel heredero de los Beltrán Leyva.